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Terapia fotodinámica: la luz que rejuvenece y cura

Todos sabemos que la luz es esencial para la vida. Que nuestro cuerpo la necesita, por ejemplo para sintetizar vitamina D, y que nuestra vida cotidiana y bienestar psicológico dependen mucho de ella.

Pero también conocemos los efectos nocivos que la acumulación de daño por el sol produce en la piel, con la aparición de manchas, cambios texturales, lesiones precancerosas y cáncer cutáneo.

No obstante, hemos de saber que aún aquello que la luz ha malogrado, otra luz puede restaurar, en las condiciones adecuadas: la terapia fotodinámica.

La terapia fotodinámica consiste en el uso de una luz específica para destruir selectivamente las células de la piel que acarrean daño en su ADN. Ésto se logra administrando previamente una crema que contiene ALA o MAL (ALA: ácido 5-aminolevulínico, MAL: ácido metil-aminolevulínico) en el área a tratar, la cual produce la acumulación de porfirinas selectivamente en las células deterioradas. Estas porfirinas, al activarse con la luz inducen la muerte de las células dañadas y a la postre, su reemplazo con células nuevas y normales.

Esta técnica cada vez tiene un ámbito de aplicación más amplio en dermatología, aunque no se limita a esta especialidad, sino que es posible utilizarla en órganos internos cuando se administra el compuesto ALA o MAL por vía oral y la luz a través de fibra óptica en el interior del cuerpo.

En dermatología, los principales problemas de piel que se benefician de la terapia fotodinámica son las lesiones premalignas (queratosis actínicas, que con el tiempo pueden dar origen a cáncer de piel) y los carcinomas basocelulares superficiales. También puede ser un tratamiento adecuado para el acné, la rosácea, la onicomicosis y las verrugas virales.

El acné y la rosácea también pueden beneficiarse de la terapia fotodinámica
El acné y la rosácea también pueden beneficiarse de la terapia fotodinámica

La gran ventaja de la terapia fotodinámica frente a otros tratamientos dermatológicos son sus excelentes resultados estéticos, superiores a la cirugía en el caso de los tumores, y más rápidos que los tratamientos en crema o pastillas en el caso del acné.

Por estas razones, la aplicación más novedosa de la terapia fotodinámica es el fotorrejuvenecimiento facial. Esta técnica induce una renovación profunda de todas las capas de la piel produciendo un cutis más limpio y luminoso. Además reduce las manchas y las arrugas de la piel, a la vez que previene la aparición de lesiones premalignas y malignas en el futuro.

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Dr. Federico Feltes