La fototerapia consiste en el uso de radiaciones ultravioleta (UV) para el tratamiento de las enfermedades cutáneas. En los últimos 25 años ha adquirido gran importancia entre los tratamientos dermatológicos. Existen principalmente tres tipos de lámparas de radiación UV para uso dermatológico: UVA, UVB y UVB de banda estrecha.
La fototerapia con radiación UVB de banda estrecha es la más utilizada en la actualidad ya que ha demostrado igualdad de eficacia que la radiación de tipo UVA en la mayoría de las patologías dermatológicas con una menor tasa de efectos secundarios. Es la fototerapia de elección en mujeres embarazadas y en niños.
Indicaciones principales:
- Psoriasis
- Dermatitis atópica
- Vitíligo
- Prurito
- Linfoma cutáneo de células T
- Fotodermatosis
Protocolos de tratamiento
Existen distintos protocolos de tratamiento en general basados en el fototipo de cada paciente. Por fototipo se entiende la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar. Según la capacidad para enrojecerse o broncearse la clasificación oscila entre fototipos I y VI, siendo el fototipo I el más claro y el VI el más oscuro.
Las sesiones son muy breves (segundos-minutos) y normalmente se realizan incrementos de 10-20 % de la energía por sesión con una frecuencia de 2- 3 veces en semana, alcanzando una respuesta entre las 12 y las 30 sesiones.
En la Unidad de Fototerapia de HM Sanchinarro disponemos de una maquina modelo Waldmann UV 1000L con emisión de radiación ultravioleta B de banda estrecha. Realizamos tratamientos adaptados a la patología de cada paciente con amplia disponibilidad de horario.
VITÍLIGO
¿Manchas blancas?
El vitíligo es un trastorno caracterizado por la pérdida de pigmentación de la piel. Su causa es desconocida y se caracteriza por “manchas blancas” que corresponden con pérdida de melanocitos. No se trata de una enfermedad rara, ya que se presenta en el 1% de la población aproximadamente. Puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde la lactancia hasta la senectud.
¿Es contagioso o degenerativo?
Se trata de un proceso benigno y no es contagioso, pero puede producir una importante repercusión en la calidad de vida del paciente, por afectación en su imagen corporal.
¿Por qué se produce? ¿Es hereditario?
La causa es desconocida, pero se ha relacionado con distintos factores, como fenómenos autoinmunitarios, defectos de los melanocitos, fallo en cómo hacer frente al estrés oxidativo o factores genéticos. Los casos familiares de vitíligo no son raros, es posible que estén implicados varios genes, pero se desconoce la forma de herencia, o lo que es lo mismo, no tiene por qué ocurrir en familiares ni sabemos predecirla.
¿Cómo puedo detectarlo?
Habitualmente no es necesario hacer ninguna prueba. Suele tratarse de manchas blancas rodeadas de piel normal, y habitualmente se distribuyen de forma simétrica. El tamaño es muy variable, y es posible que con el tiempo crezcan en número y dimensión. Muchas veces se hacen más patentes en época veraniega, por el bronceado de la piel sana alrededor. Aunque pueden aparecer en cualquier zona, es muy típico en la cara (alrededor de boca, ojos), dorso de manos, pezones, axilas y región ano genital.

Entonces… si tengo manchas blancas ¿tengo vitíligo?
Las manchas blancas no siempre corresponden con vitíligo. Existen otros trastornos en lo que existe una pérdida o disminución de la pigmentación de la piel. En caso de duda, debes consultar a un dermatólogo: el grado de despigmentación, la localización, forma de aparición y evolución orientarán al diagnóstico.
¿Tiene tratamiento?
Hay que saber que la evolución del vitíligo en cada paciente es impredecible: puede permanecer estable, progresar de forma más o menos rápida, o incluso repigmentar espontáneamente. Nuestros objetivos a la hora de manejar el vitíligo son la repigmentación y estabilizar la pérdida de pigmentación. Aunque tenemos varias opciones, no existe todavía un tratamiento que funcione satisfactoriamente siempre en todos los pacientes. En general, es un tratamiento lento, que exige constancia y sin seguridad de éxito.
Se han utilizado los corticoides tópicos (aplicados sobre la piel), los inmunomoduladores tópicos (tacrolimus o pimecrolimus) y distintas formas de fototerapia (radiación ultravioleta). Estos tratamientos deben ser prescritos y observados por un dermatólogo, ya que pueden asociarse a efectos adversos indeseables. Existen otras opciones como el trasplante de melanocitos, laser, micropigmentación o despigmentación, que se aplican en casos muy seleccionados o concretos. Existen alternativas prometedoras, como la aplicación de una pseudocatalasa asociada a fototerapia, todavía pendiente de más estudios.